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CORONA CAPITALISMO

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Gregor Rozanski es un artista polaco que vivía en Berlín pero se encuentra de visita en México por un tiempo indefinido durante el cual estará colaborando en Negative Youth escribiendo acerca de su visión de la cultura mexicana actual y otras cosas. En esta ocasión su curiosidad lo llevó al festival Corona Capital. Esto es lo que tiene que decir al respecto:

Los festivales siempre son más importantes como fenómenos antropológicos e investigaciones de campo que como eventos musicales – las mismas bandas y músicos tocan en casi todos lados. Pero en cada ciudad, país y cultura la audiencia tiene su propia e interesante naturaleza. Este artículo se trata del Corona Capital en México DF. Una interesante mexperiencia.

Obviamente fue enfrentarse a toda la población de hipsters Mexicanos al mismo tiempo. Los hipsters locales no son diferentes a los de otros países. Uso “hipsters” como un término para la gente con ropa linda y look “alternativo”. No es una subcultura típica old-school, así que no tengo que buscarle más significado a la palabra. Pero puedo decir que la audiencia era mucho más atractiva que muchos eventos Europeos de este tipo.

El cartel se sentía hecho de puras reminiscencias del 2006/2007. Maccabees, Franz Ferdinand, The Kills, etc. No sé si sea consecuencia del gusto musical en hibernación de los organizadores, o si esta sea realmente la demanda del público mexicano. Algunos le llaman el Coachella Mexicano – pero no, no lo es, lo siento :) .

De alguna manera se sintió más como un festival de vendedores de comida que de música. Tipos vendiendo cerveza, pizza, tacos, dulces, etc., estaban en todos lados, moviéndose por ahí, metiéndose entre la gente gritando ¡CERVEZAAAA! durante los sets de cada banda. Había rumores de que el alcohol en el área VIP era más barato que en los lugares para la gente normal. Descuentos solo para los ricos – Hell yeah! Las hamburguesas de festival (hamburguesas de cartón) y otra comida por el estilo usualmente apesta, pero son mi guilty pleasure. Como sea: ¡Hail Domino’s Pizza! También probé una combinación de mezcal y congelada de limón. Cerca del área de comida había una maquina-humana vendedora de Marlboro, una chica vestida medio puta en una caja de vidrio que daba cigarros a través de un agujero después de apretarle unos botones.

Otro de mis lugares favoritos en el complejo del festival fueron el falso bar alemán de Corona, pretendiendo ser una sala de Oktoberfest con un staff vestido con atuendos tradicionales Bávaros. WTF LOL. Y el área de prensa – hot dogs gratis, palomitas, papitas y ensaladas para exhaustos fotógrafos y camarógrafos, los pobres esclavos de la industria mediática.

Ok, comentarios breves acerca de algunas presentaciones: Florence en un vestido feo dio el concierto más épico. Pero en sus shows siempre es vital y predecible que sean espectaculares. Es su marca. Major Lazer dejó ver su lado reggaetonero y no estuvo nada cool. Todas las bandas “The ALGO” y las de rock un poco más viejas me recordaron los buenos viejos tiempos de usar corbatas delgaditas, chalecos y trajes. La cumbre perfecta para veteranos del indie. Todos tocaron bien excepto New Order, que ya suenan a una banda mala de covers de New Order. Es una lástima que Die Antwoord y AraabMUZIK fueran los únicos representando la música actual y que hayan sido tan subestimados en el cartel.

Durante el set de Franz Ferdinand un muy malo o muy flojo VJ estaba poniendo algunos aburridos samples de video uno tras otro, probablemente desde Windows Media Player o algo así. Uno de ellos era una foto del Archiduque Franz Ferdinand (RIP). Me di cuenta que estaba participando en una muy peculiar escena con toda esta gente feliz, bailando y brincando con canciones alegres de indie, enfrente de una foto enorme de un príncipe con mala suerte el cual su asesinato impulsó el inicio de la primera guerra mundial y cambió el curso de la historia.

Bailar en las ruinas de la civilización en un loop temporal de modas y estéticas que por siempre se estarán repitiendo. Los festivales musicales son como franquicias de cadenas de restaurantes. En todos la misma mierda, todo se ve igual, el cartel, la gente, su moda, la comida. Las diferencias se esfuman. Tal vez sea mejor aceptarlo que luchar contra ello. Tal vez el individualismo y la originalidad sea solo para maricas neuróticos. Había una frase en una vieja película polaca de culto de los 70s llamada Rejs: “Cuando escuchas la misma canción mil veces se vuelve tu favorita”. ¡YOLO!

Fotos por Kasia Zbikowska.


Posteado:
octubre 23rd, 2012
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  • rog. dice:

    pretentious shit.